La prosperidad y la carencia, son dos estados de consciencia polarizados, producto de una misma energía: GRATITUD. La diferencia radica en lo mucho o poco que agradecemos.
Todos tenemos el poder para desbloquear los códigos de provisión interior. Sucede que esos códigos se desbloquean cuando vibramos positivamente y somos agradecidos con la vida y nuestro entorno.
Cuando decimos “gracias”, estamos irradiando luz, y de vuelta recibiremos la misma energía.
Cuando somos ingratos y nos quejamos de nuestras carencias, enfocando y atribuyendo toda nuestra atención en lo que nos falta, pasamos a ser esclavos de las memorias de una sociedad víctima de sus propios pensamientos limitantes.
Todo es energía, y por ser energía, vibra incansablemente. Lo igual atrae a lo igual.
Cuando reconocemos con humildad, todo lo que podemos crear y generar, por magia cósmica, alcanzaremos conectarnos con todo aquello que nos llena de alegría.
Una palabra positiva, un decreto positivo, un sentimiento luminoso, una emoción y una acción virtuosa, deja estelas y caminos, que afloran más tarde, trayendo opulencia.
La carencia es la desconexión de la Fuente. La Fuente Creadora o Dios, como quieras llamarlo, lo tiene todo, nada le falta.
Nosotros somos brazos extendidos de la Fuente Creadora, y estamos hechos de las mismas partículas del Creador.
Un árbol de limón, no puede dar otro fruto que no sea limón.
Cuando manifestamos lo contrario a la abundancia, es porque no reconocemos nuestro origen; y estamos enfocados en lo que no queremos, nos falta o queremos evitar.
El Universo siempre quiere darte, pero aprender sus códigos, es nuestro reto diario. Te revelo dos: Agradece y Bendice más.
Autor: Jorge Bechara