Bendecir significa, decir bien o utilizar correctamente nuestro verbo, para acariciar con nuestras palabras todo lo que nos rodea. El bendecir se ha convertido en un arte, desde el momento que descubrimos, que todo lo que hablamos, va creando nuestra vida, y muchas veces no somos conscientes de ello. Es como construir nuestra realidad exterior, a través de nuestras palabras.
Es importante destacar, que nuestras palabras nunca regresan vacías, ya nos enseña el gran Maestro de Maestros, Jesús. ''No nos hace daño lo que entra a nuestra boca, sino lo que de ella sale''. Somos arquitectos de lo que vivimos, porque permitimos que nuestras emociones y pensamientos gobiernen nuestra vida.
La buena noticia, es que podemos hacer diferente, lo que por mucho tiempo no hemos hecho correctamente... el utilizar mal este gran recurso que el Universo nos ha dado, para que le saquemos provecho. Cuando bendecimos algo, lo estamos multiplicando y perpetuando. He aquí la importancia de saber lo que estamos bendiciendo.
Te voy a ejemplificar lo anterior. Si alguna persona bendice a otra que está enferma, estará maximizando o expandiendo su enfermedad.
Si por el contrario, esa persona bendice el ''bien'' en la enfermedad del otro, permitirá con esta energía, que el otro tome consciencia de lo que la enfermedad le quiere enseñar o mostrar, ya que nada es casualidad.
Todo tiene un propósito; incluso la enfermedad, ya que es el último recurso que utiliza la vida, para hacernos despertar.
La moraleja de este artículo es: ''bendice siempre el bien en todo, y se perpetuará en tu vida''.
Es imposible recibir cosas negativas, cuando vivimos resaltando el amor en todo lo que nos rodea.
El ''bendecir'' es como un perfume, que aunque lo impregnemos en algo, nos llevaremos su aroma.
Siempre con amor... Jorge Bechara.